Recuerdo esa noche vagamente,
deje que me quitaras con sigilo aquel viejo corpiño.
Trémulos y casi desnudos,
quieta ante tus deseos,
me acomode en tu pecho.
Solo esbocé un gesto asustadizo.
Me mirabas con ternura,
cogías mi cabello tiernamente,
deseando beber de mí la inocencia,
luchando contigo mismo,
aquella que se mantiene
intacta.
Cogiste las sabanas,
me cubriste.
Esbozando un gesto de tranquilidad,
te acercaste
musitando a mi oído,
¡Aun no es el momento¡
Y te marchaste.
GlOu
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